jueves, 29 de mayo de 2014

¿Cuánto pesa la formación académica al buscar empleo?

No solo la experiencia profesional cuenta al momento de buscar un empleo. Cuando no se cuenta con experiencia suficiente en un sector, la formación académica es nuestra carta para obtener un empleo. No se trata de ser autodidacta. Ni tampoco de asistir a clases solo para llenar el CV. Lo que buscan los empleadores es que esa formación acreditada en el CV sea correspondida con el conocimiento práctico del postulante. En otras palabras, que las horas de formación no hayan corrido en balde.


Contrario a las ideas de especialización que circulan en el mercado, surge la noción de empleabilidad. Una persona es más empleable, en tanto, presente una mayor versatilidad laboral. No solo dominas un campo, dominas varios. Preguntémonos si un profesional que domina tres idiomas no es preferido por las empresas en comparación a uno que solo domina uno. Igual ventaja corre un vendedor, que no solo es capaz de hacer su trabajo en planta, sino también recorriendo las calles.

¿Cómo nos hacemos más empleables? Si bien la experiencia profesional puede ser importante, a veces los caminos para ser más versátiles se nos cierran. Es ahí cuando nuestra formación académica puede sernos de mucha ayuda. No crea que sabe todo de su profesión o negocio. El mundo siempre está en constante cambio. Mientras más dominemos las diferentes aristas de nuestro ámbito de empleo, más fácil será que nos contacte una empresa reclutadora o un cliente.

Para quienes tienen años como profesionales, a veces la idea de llevar cursos, talleres, especializaciones, diplomados o maestrías puede resultar tedioso o inútil. Nada es inútil.

El avance de la tecnología y las variaciones en los ámbitos legal y social, pueden acarrearnos más de una sorpresa. No se quede como un profesional obsoleto. No vaya a creer que su empleo le durará toda la vida. Quién sabe si en algún momento su empresa cae en una fuerte crisis, que lleve al despido de muchos trabajadores. Y no solo se quedará sin empleo, sino también, sin los conocimientos necesarios para lo que el mercado actual pide.

No solo el avance tecnológico nos obliga a readquirir conocimientos. También, nuestra propia rutina laboral hace que olvidemos conocimientos que teníamos al momento de egresar de una universidad o instituto. Conocimiento que no se práctica, se olvida.

Recuerde cuando le enseñaron a montar bicicleta o patinar en skate. Luego de varios años sin usarlos, ¿le resultaría fácil hacer maniobras como lo hacía de joven? La formación académica debe ser una constante, y no una obligación.

InverCor
Consultoría

Manel Pallarés


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